HISTORIA DE LA HILATURA
El
arte de hilar las fibras para formar un hilo es tan antiguo que
sobre pasa las fechas históricas. Se ha comprobado la existencia de
algunos tejidos de fibras naturales utilizados por el hombre de las
cavernas cuando el mamut y otros animales prehistóricos todavía vagaban
por la faz de la tierra.
La hilatura en si no responde al descubrimiento o invención de algún hombre o época; mas bien se trata de una acumulación de conocimientos y pequeños avances tecnológicos por parte de millones de hombres, a través de miles de años de esfuerzos para encontrar la mejor forma de satisfacer las necesidades de cada día.
La hilatura en si no responde al descubrimiento o invención de algún hombre o época; mas bien se trata de una acumulación de conocimientos y pequeños avances tecnológicos por parte de millones de hombres, a través de miles de años de esfuerzos para encontrar la mejor forma de satisfacer las necesidades de cada día.
Desde
luego, cuando se inventó el arte de hilar, la lana se convirtió en el
material mas útil del mundo para hacer vestidos, para la gente que
habitaba en climas fríos; pero donde quiera el sol era intenso y
ardiente, la gente seguía usando el limpio y fresco lino. En el antiguo
Egipto era mas fino que el actual, y a los faraones los envolvían en sus
firmes y suaves pliegues para sepultarlos. Algunas de estas telas,
semejantes a telarañas han durado hasta hoy. En los tiempos bíblicos,
"la púrpura y el hermoso lino" eran la ropa de los reyes.
En los antiguos
jeroglíficos egipcios aparecen hombres y mujeres ocupados en labores de
hilandería y tejeduría.
Es en la cultura
china donde encontramos el desarrollo de la seda como fibra: hace unos
cuarenta y seis siglos hubo una princesa china llamada Liu-Tsu, que a
los 14 años de edad se casó con el emperador Huang – Ti . En esos
tiempos, hasta de una reina se esperaba un trabajo útil, y Liu-Tsu,
quien tomó el nombre de Si-Ling-Chi, se preguntó si no se podría hacer
algo de valor con las hermosas hebras que hilaban en sus capullos los
gusanos de seda, a los que solía observar cuando trabajaban. Las hebras
eran tan hermosas, resistentes y lustrosas, que si lograba
desenredarlas, conseguiría la tela más hermosa que hubiera visto en el
mundo.
Con este propósito
observó pacientemente los gusanos y trabajó con los capullos hasta
descubrir la forma de desenredar las delicadas hebras para que giraran
alrededor de sí mismas. El resto resultó fácil, ya que todos sabían
tejer cualquier clase de hebra hasta transformarla en tela. Y así fue
como la reina proporcionó al mundo la seda y se hizo famosa, hasta la
convirtieron en diosa y para los chinos lo sigue siendo. Muy pocos de
estos relatos son verdaderos, fueron inventados por la gente y quedaron
como leyendas.
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